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MALÓN WIÑO

La Serpiente de Plata

Centro Cultural MATTA

Buenos Aires, Argentina

2017

Petu Mongeleiñ! Aún estamos vivos! es el sonido que emerge cuando hombres y mujeres con sus wiños apretados entre las manos, se empoderan del espacio abierto, para elevarlos y chocarlos en un encuentro que cruza el tiempo, Marichiweu! Diez veces venceremos! es el sonido que interrumpe los espacios cotidianos de silencios y ruidos, Yayayaya! es el sonido desde la fuerza, envuelto de historia, de tierra y de cielo, este grito de presencia y de poder, en donde los pies al suelo embarrado, áspero, húmedo, seco o suave proyectan un sinfín de movimientos y tácticas teñidas de ancestralidad y resistencia, dialogando con el ritmo del cuerpo y el pensamiento, el tiempo pareciera detener su curso cotidiano para darle paso al encuentro de saberes entre la gente mapuche que se reúne a recuperar el cariño propio hacía su cultura y así extienden en sus expresiones infinitas re-significaciones hacía donde apuntan los sueños de libertad, amor, autonomía y autodeterminación.

Podemos encontrar en los inimaginables espacios subalternos, a muchos y muchas construyendo identidad mapuche, el palín converge la necesidad alterable y profunda de recuperar todo el conocimiento que viene viajando a través de los vientos, desde hace miles de años que los ancestros soplan a nuestros oídos para enseñarnos desde donde partir. En la tierra removida los wiño golpeados en alto en cuya forma enérgica y tradicional al final de su cuerpo, se encuentra aquella curva suave pero prolongada que simboliza el retorno a lo intangible perfecto, esto es lo que precisamente nos conversan nuestros ancestros a través de los sueños, del humo, de los vientos, de los recuerdos, de la memoria, porque somos raíz interconectada en la diversidad de espacios, somos mapuche tensando puntos desde donde nos situemos. El encuentro del palín como practica antigua y de gran protocolo, de antigua elegancia es un puente sin tiempos, ni años, ni olvido, es un momento en donde la tradición vuelve, la fuerza del palín resurge por la venas, y es presente inamovible y viviente.

Aún estamos vivos es el mensaje que nace en cada salpicar de la tierra, cuando los descalzos pies avanzan velozmente al ritmo de la destreza y del aprendizaje entre las generaciones. Cuando los wiño son bajados hacia la tierra listos al momento de emprender el juego, golpean fuertemente la superficie azuzando a que se levante la energía que permanece en la tierra, es el newen que nutre nuestra complicidad con los secretos más antiguos que guarda cada tierra, todos los territorios en donde nuestro pensamiento mapuche se eleva para buscar lo perdido. Malón wiño es el sentido de la constante lucha por recuperar lo que fuimos y lo que somos, no tan sólo hemos despertado, si no también nos hemos organizado y todo lugar es espacio para decir que estamos, queremos en este retorno ser en nuestra complejidad, las más hermosas formas de ser mapuche.

Mis agradecimientos para todos quienes han formado parte de este importante proceso y en especial a:

Producción general: María José Fontecilla, agregada cultural en Argentina.

Pablo Mansilla, Leonel Lienlaf, José Ancán, Antonio Paillafil, Natalia Milla, María José Fontecilla, Beatriz Pichimalén, Cecilia Mariqueo, Marco Compayante, Nahuel Compayante, Waiwen Compayante, María Celina Rodríguez, Embajada de Chile en Buenos Aires, Ministerio de las Culturas de Chile y Argentina, Museo Chileno de Arte Precolombino y Centro Cultural Matta Buenos Aires Argentina.

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